PABLO, HOMBRE DE CULTURA Y TRANSICIONES

[EDWIN KAKO VAZQUEZ]

La historia de la Biblia está llena de individuos no muy gratos que de una manera u otra fueron transformados por el evangelio. Muchos de ellos fueron notorios criminales rescatados dramáticamente de su rebelión con Dios. En estas diversas transformaciones no existe una que se pueda comparar con la de Saulo. Este perseguidor de cristianos se convirtió en el misionero más eficaz de todos los tiempos. Más bien fue un trotamundos incansable que desempeño de manera cabal su papel divino llevando siempre como estandarte el amor de Dios.

Su historia es de lucha humana, gran parte de ella dolorosa y llena de desafíos, su misterio y su significado se revelan en el valor inquebrantable del apóstol, que no cejo en su empeño a pesar de unos obstáculos que abría hecho claudicar a cualquier otro mortal. Su pasaporte y credibilidad fueron su entusiasmo, fogosidad y la forma en que predicaba de Cristo. En cada sitio que visitó fundó comunidades para que dedicaran culto a Jesucristo, el Dios único. Su transformación estremeció el pensamiento crítico de muchos personalidades romanas que rehusaban creer la nueva estirpe cristiana de Pablo.

Su entrega en cuerpo y alma fue una batalla campal que vigorizo al viejo cristianismo vistiéndolo con un nuevo ropaje y sacándolo del estancamiento sociológico en que se encontraba. Dentro de sus logros significativos data cómo asumió el liderazgo para conseguirle a los gentiles una aceptación plena a la iglesia sin tener que ser pasados por cedazo de la ley judía. Con Pablo, la iglesia tuvo un resplandor superlativo en todos los rincones del Imperio Romano llegando el mensaje de Jesús desde el más pobre esclavo hasta el mismo emperador. Posteriormente la iglesia se convirtió en una comunidad orgullosa de su herencia judía y abierta a la plena participación de todo gentil que creyese.

Paso a paso la iglesia fue desintegrando muchas leyes limitadoras que sirvieron de pantalla en los primeros tiempos romanos. Su carrera no fue fácil, estuvo preso, recibió azotes, no hay duda que su conversión fue de primera colocándolo más bien como el hombre más totalmente convertido de todos los tiempos. Pablo escribió la mitad de los libros del Antiguo Testamento y en ellos depositó gran parte del fundamento cristiano que hoy podemos leer con gran entusiasmo. Su misión apostólica data de tres viajes que comenzaron y terminaron en alguna ciudad importante de Oriente, como Antioquía y Jerusalén.



EDWIN KAKO VAZQUEZ

ESCRITOR E HISTORIADOR